Capítulo II: Todos somos antisistema
- Marian
- 14 mar 2021
- 8 Min. de lectura

Todos somos antisistema
Tienes que comprender, que la mayor parte de los humanos son todavía parte del sistema. Tienes que comprender que la mayoría de la gente no está preparada para ser desconectada, y muchos de ellos son tan inertes, tan desesperadamente dependientes del sistema, que lucharían para protegerlo.
Morpheo a Neo, The Matrix.
Se dice mucho de que lo que nos diferencia de las máquinas son las emociones. Hoy en día, salvo para quien trabaja en ello, es prácticamente imperceptible captar ese tiempo sutil que se toma la maquina en responder a un código seguido de nuestra orden. Por ejemplo, resulta mucho más rápida una búsqueda ya registrada en el navegador donde al colocar las primeras letras enseguida nos ofrece las páginas habituales que visitamos y ante una búsqueda distinta a veces nos vemos obligados a cambiar las palabras para que entienda lo que estamos buscando. Lo que a opinión personal y al menos mientras el hombre no introduzca emociones en la programación y la cague… las deja por encima del comportamiento humano que una y otra vez repite las mismas búsquedas, pretendiendo lograr resultados diferentes e incluso resistiéndose a probar con nuevas búsquedas. Muchas veces sentí y quizá haya sido solo una percepción mía, de que el mundo, en su mayoría vive por inercia, hace lo que le dijeron que tenía que hacer sin preguntarse porque lo hace, si quiere hacerlo y sin pretender profundizar en las incongruencias entre el decir, el pensar y el hacer, pocos saben lo que quieren realmente.
Hace poco vi una serie española, Hit: un profesor especialista en trastornos de conducta que se suma a una escuela para trabajar con adolescentes con problemáticas actuales. Si bien me resultó chocante el personaje, Merlí era mucho más pedagógico con sus mensajes, asumo que en ocasiones me parezco más a Hit que a Merlí, aun no estando de acuerdo del todo con sus formas… Claro que ésto ya es algo que tendría que discutir con el guionista si me hubieran dado el papel a mí. No voy a tomar en cuenta los resultados de una ficción, pero sí es interesante ver como todos los miembros del sistema educativo, saben que hay un problema, no obtienen resultados con sus métodos y se oponen a que alguien emplee un método diferente. No estoy diciendo que en la vida real probar otro método sea garantía de éxito, pero estoy convencida que seguir con el mismo que hoy no da resultados, es garantía de fracaso.
Yo misma viví esta resistencia pero del lado del alumno en la facultad, donde aunque no estuvieran de acuerdo con algo, aunque algo no les pareciera justo, el grupo de wasap era el lugar de catarsis pero el silencio era la mejor opción frente al miedo a las consecuencias de no aprobar una materia. Hoy puedo decir, que aunque algunos profesores colaboran con seguir reproduciendo el mismo sistema, ninguno me desaprobó ni me bajó la nota por ser un auténtico grano en el culo. Lo que además de hablar bien de ellos como personas, dice mucho del miedo que se pone como excusa para dejar las cosas como están… para seguir siendo víctimas.
Obviamente la manera en que uno reacciona tiene en parte que ver con la historia de cada uno, siempre imaginé que iba a terminar como Michael Douglas en "Un día de furia", sin embargo muchas veces vi situaciones injustas y mucha pasividad de quien las estaba sufriendo. Y dejame decirte algo: si estás podrida de hacer trámites y que te boludeen y siempre te falte un papel, pero esperas a llegar a tu casa y quejarte con tu marido, la víctima no sos vos, la víctima es él que te sigue escuchando, yo ya me hubiera ido. La mierda escupisela a la empleada mientras se está soplando las uñas y hacé un escándalo hasta que te resuelvan el problema. Es responsabilidad de cada uno hacer bien su trabajo para facilitar la vida del otro, que seguro que el trámite no es lo único que tiene que hacer.
En otros aspectos, por no decir en todos, el victimismo es la mejor manera de eludir responsabilidades. De manera consciente o no y en cualquier ámbito de la vida, cuando hay que inventar una excusa para no hacer algo que no queremos, siempre es porque algo malo nos pasó. Nunca los huevos para decir, no quiero, no tengo ganas y hacerse cargo de las consecuencias… Jugar el papel de víctima y con la culpa en la otra persona es algo más habitual de lo que debería, es un comportamiento arraigado socialmente, no un campo a explorar propiamente exclusivo de la psiquiatría. Y el problema no es solo la persona que juega ese rol, también quien lo permite, quien se presta a ser manipulado, se da cuenta, se queja, pero no quiere salir de ese lugar. Así como para buscar la felicidad, la mayoría pone su foco en un objeto externo (ya sea persona, consumo, logros o lo que sea que creamos de lo que depende) también se ponen afuera las culpas de no conseguirlo.
Pero lo que de verdad importa, no es la excusa que le pones a otro para no hacerte cargo. En definitiva al otro no le debemos nada, el problema es la que te pones a vos mism@.
Un claro ejemplo son las relaciones: no funciona pero me quedo, porque no quiero estar sol@, porque ya va a cambiar, en definitiva son tod@s iguales, un clavo saca otra clavo, como si hubiera alguna regla que diga que no podes estar sol@ y hacerte cargo de tu vida, obviamente es más cómodo el lugar de víctima, donde la persona que tenes al lado tiene la culpa de no llenarte, de no ser lo que vos queres que sea, de no cumplir con tus expectativas de vida y hacer tu vida miserable.
Quizá me llevó un tiempo entender que no se trata de tener razón, una vez cometí el error de decirle a alguien, yo te demuestro que si vivimos juntos no va a funcionar, fueron los peores 7 meses de mi vida, una auténtica pesadilla, pero la mina se fue satisfecha de que tenía razón... Una idiota, pero por 7 meses, hay gente que se queda toda la vida…. Y me consuelo con eso! De lo que de verdad se trata, no es de no equivocarte, sino de tener claro de que nadie tiene la culpa de que vos no puedas convertirte en lo que quieras, cuando te quedás en una relación que no te llena, en un trabajo que no te gusta donde elegís el sueldo y no la pasión, entre amistades vacías que quitan más energía de la que aportan, sacá factor común, el problema no es el entorno, el problema sos vos. Probablemente tengas razón y estés rodeado de personas de mierda, pero si te quedás el problema es tuyo.
Frases como los trapitos se lavan en casa no existirían si la gente se sintiera orgullosa de verdad por lo que es. Si de verdad creyera que lo que está haciendo es lo correcto, no solo no lo ocultaría, además tendría la responsabilidad de defenderlo. Y educamos a los niños así: "la nena… la gente te está mirando" "lo que va a decir tu papá cuando se entere" "lo que va a pensar la gente" "comportate como corresponde" "eso no se dice" "ya sos grande..." y miles de etc, como si ser adulto te convirtiera en un sujeto digno de admiración... en definitiva cuando creces no sos más que un pobre ser humano traumado que se convirtió en un objeto que busca la aprobación social y como no está de acuerdo con muchas cosas, la caga, pero a escondidas... igual que un niño, que une las piezas de lo que rompió y piensa que no te vas a dar cuenta.
Justifican sus actitudes al tiempo que juzgan la del otro. Quiere lo que tiene el otro, pero no pagar el precio que el otro pagó para obtenerlo, quiere que las cosas cambien pero no está dispuesto a hacer nada para que las cosas cambien. Lo que le ocurre a él es injusto, pero si le pasa al vecino por algo será… le tocan el culo y reclama por sus derechos “los suyos” Los derechos de los niños, terminan en la puerta de su casa, hay marchas por polvos seguros sin consecuencias, por mujeres golpeadas, pero no hay marchas por niños abusados y golpeados, abandonados y maltratados en los hogares que deberían protegerlos. Lamento decirles que las marchas son excelentes para visibilizar un problema, pero no lo resuelve, seguro que los niños saben eso y por eso no se auto convocan, que mueva masas no significa que vaya a cambiar algo. Se necesitan varias generaciones para cambiar la estructura y la mentalidad, pero sin la responsabilidad de uno en uno en la parte que le toca, es imposible.
Para tener un mundo distinto hay que asumir la responsabilidad individual, entender cuál es el problema, no ponerlo afuera. Esperar que venga alguien con mano dura que cambie las cosas o alguien con muchos planes que haga de cuenta que el problema no existe, es la misma mierda. Si viniera alguien que nos enseñara a pescar tampoco estarían conformes, porque nadie quiere asumir la responsabilidad. No es una utopía creer que cada uno puede desarrollarse en una sociedad responsable. Pero en el mundo del “boca – river”, donde alguien está más feliz del fracaso del otro que de la victoria propia, es inviable.
En cierta forma somos socios. En menor escala si en una empresa cada socio hace lo que se le canta, sin buscar consenso, no funca! No va a ningún lado… En la sociedad pasa lo mismo, todo absolutamente todo, lo que te coloque en una vereda, en una marcha, en una ideología, todo lo que como consecuencia genere odio y divida la sociedad, es una trampa del poder y si es mentira lo que digo que alguien me explique por qué el poder y la riqueza está concentrado en un 10% del total y hay un 90% de imbéciles, dentro de los cuales, me incluyo, que no son capaces de voltear a ese 10%. No tiene sentido… Si este 10% lo tiene todo, es porque dentro del 90 % hay más cómplices que revolucionarios. Más perritos amaestrados que gatos independientes que saben lo que quieren.
Entiendo que a lo que se refería Morfeo, no es al sistema en sí, si no al que vive bajo el lema de “las cosas son así” y yo siempre pienso: “Desde cuando las inventaron y hasta que nosotros lo permitamos”
En algún momento me cuestioné el sistema en que vivimos, hasta que entendí que cada uno de nosotros es parte de ese sistema. Lo que está fallando no es el sistema sino la sociedad. No son las instituciones, sino quienes trabajan ahí. Aunque la mayoría quisiera ser quien lleva la fusta, la evidencia dice que son más los que eligen ser víctimas, quejarse a ser parte del cambio, a tomar decisiones, a asumir su responsabilidad. Sumisos de su propia vida y verdugos de la ajena.
La cosas son como son: la culpa la tiene el sistema, el capitalismo salvaje, el imperialismo, el liberalismo, el populismo, la corrupción, la injusticia, el gobierno anterior y miles de etc, como si al estallar una bomba la culpa la tuviera el botón. Se personifican los conceptos de tal forma que parece que son los culpables y esa sí que es buena para anular toda responsabilidad de quien comete los actos. En menor o mayor medida, todos. Es importante diferenciar los conceptos, las palabras que decimos de lo que realmente es. Si podemos saber cuáles son las creencias y los hábitos que nos controlan, podemos cambiarlos y crear una vida diferente
Por eso escribo, porque todavía creo que las palabras pueden cambiar el mundo.
Capitulo III: Lo distinto
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