Capítulo VIII "El futuro solo acepta preguntas"
- Marian
- 27 mar 2021
- 8 Min. de lectura

“No os amoldéis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable y lo perfecto.”
Romanos 12:2
Los caminos del señor son inescrutables… y para quien los quiere ver, los mensajes están por todos lados. Aproximadamente hace 20 años, nació metamorfosis, el término proviene del latín metamorphosis, que a su vez deriva de un vocablo griego que significa transformación. Hace referencia a la mutación, la evolución o el cambio de una cosa que se convierte en otra diferente. Si me hubiera preguntado entonces, que sería en un futuro hubiera dicho alquimista, aun cuando no supe lo que era la alquimia hasta un par de años más tarde. Muchos cómos, cambiaron en estos 20 años, hoy es aquel futuro que aunque lo hubiera intentando, no habría podido imaginar. Recuerdo que por esos tiempos solía decir cómo algo muy lejano, cuando tenga 40 voy a tener un hijo de 20 guauuu!! Aun voy a ser joven y voy a ser libre… y no sé qué era menos cierto, si lo de la juventud o lo de la libertad… Nadie me avisó que después de tantos años aun no iba a poder dormir con tranquilidad, ni escribir durante largas horas sin que nadie toque a mi puerta y pregunte: ¿Qué comemos hoy? Más allá de esa parte del futuro con la que estoy bastante decepcionada y asumo toda la culpa porque era muy joven y no sabía lo que firmaba; las posibilidades que te ofrece el mundo de hoy me parecen increíbles, para quien quiere servirse y hacer buen uso del poder que ofrece internet y este mundo paralelo no se puede decir que no existan opciones para aprender y desarrollarte en lo que quieras... Podría llegar a parecer contradictorio con lo que vengo diciendo de la tecnología, pero dejando fuera, las relaciones humanas, que a mi manera de ver deben seguir siendo humanas, todo el mecanismo que utilizan para controlarnos podemos utilizarlo a nuestro favor. Dicen por ahí que lo que estás buscando te encuentra y nada es más cierto por estos lados que un rato después de buscar una escalera por mercado libre, te llegan ofertas al mail, a Facebook y cursos en Instagram sobre como subir y bajarla y construirla en el material que desees… Internet, de alguna forma responde a tu vibración, dime cómo te sientes y te diré que lees… pero dejando de lado a quien busca 4 noticias sobre el mismo tema con la misma bajada de línea para convencerse de que eso es cierto… le invitaría a probar que si busca 4 noticias de la postura contraria también las va a encontrar, a eso le llamo desinformación, pero bueno… cada quien es libre de envenenarse con lo que quiera, aquí lo importante es que así como el ojo que vigila utiliza cookies y etiquetas para saber que darnos, nuestro cerebro también y si nos enfocamos en lo que no queremos difícilmente nuestro buscador nos muestre lo que sí queremos es decir, en la realidad va a estar presente, pero no lo vamos a ver. La realidad virtual es como una metáfora de lo que creamos en nuestro universo y cuando amplias tu visión y pones tu energía en información de valor con contenido positivo, tus pensamientos cambian de sintonía, tu emocionalidad y tu humor también y la respuesta que te da el mundo, en cierta forma es otra y a medida que eliminas las cookies viejas te vas a sorprender de cuantas cosas estaban ahí y no veías. Si bien la emocionalidad en la que solemos estar puede responder a patrones que nos funcionaban en la infancia y pueden ir y volver, con un cambio de perspectiva y bastante de práctica, nos encontramos con la motivación para lo que sea que queramos hacer, porque si hay algo que es cierto es que la motivación es energía en acción.
Si bien en estos 20 años mi causa fue la misma, la idea fue evolucionando y adaptándose a los tiempos de hoy. Puede que para comprometerse con una causa, la motivación sea suficiente, pero para comprometerse con cada tarea, también hace falta disciplina que contrarreste los momentos en los que falta motivación, pero cuando encontrás la chispa que le da sentido a tu vida, lo sabés y aunque a veces merme la voluntad y no sepas como seguir, siempre algo te trae de vuelta y te devuelve al camino. No importa que estés haciendo, una frase, un libro, una película, una publicidad, una canción, una conversación que no buscaste, algo te hace ruido y es la vida, el universo, Dios tratando de hablarte. La respuesta, sin duda, a cuál es mi objetivo final en cualquier proyecto laboral o de vida, es la transformación. Y lo elijo cada día, más allá de lo difícil que puede llegar a ser. El slogan, “para cambiar el mundo empiezo por mí… y sigo por ustedes” no es ni más ni menos que eso. Mi gran fuerza, todas las personas, que sobre todo de joven, me dijeron que “no podía”. En este renglón termina el libro para ellos. “Ya lo hice”.
Estoy convencida y sé que no soy la única que todos nacemos con esa chispa que nos impulsa a hacer algo, un código de fábrica que nos hace diferentes y únicos, algo que cuando lo hacemos nos hace perder la noción del tiempo, nos llena, nos desenchufa de todo lo demás. Todos tenemos un valor personal para ofrecer, pero cierto es también, que si estamos parados en el lugar del “y yo que recibo” seguramente saboteemos la posibilidad de desarrollarlo. La vida aunque a veces no lo parezca mantiene un orden perfecto, no podría ser de otra manera, lo único que desentona en la naturaleza, es el ser humano, parecemos ser los únicos en no saber lo que debemos hacer, en no darnos cuenta que como cada ser vivo también cumplimos una función y dejamos de lado la misión que nos dicta el alma por la función que el mundo externo nos quiere hacer creer que debemos cumplir. Estamos expuestos a millones de estímulos y voces y a veces parece más fácil ceder el control que trabajar internamente para descubrir que es lo que de verdad queremos. El otro día escuchaba una conferencia de Sergio Fernandez, un español que aborda distintos temas para emprendedores, en este caso hablaba sobre como tomar buenas decisiones y más allá de poner énfasis en las sensaciones y los aspectos del cuerpo a lo que me referí anteriormente, explica de una forma muy clara un aspecto que yo no había tenido en cuenta y no es menor… aun cuando lo hagamos rutinariamente y sin cuestionamientos, todo el día estamos tomando decisiones, todo lo que pasa en nuestra vida hoy, es consecuencia de algo, aunque parezca una obviedad, no todo el mundo es consciente que su vida es fruto de las elecciones que hizo en el pasado y que cuando uno no está satisfecho con los resultados hay que revisar esas decisiones, es matemático y esos errores sí los probé a todos. Cuando me daban unos de esos cálculos que ocupaban una hoja del cuaderno y por fin llegaba al resultado pero no era el que la profesora había escrito en el pizarrón prefería pensar que era la profesora la que se había equivocado antes que hacer todo el cálculo de nuevo, pero cualquiera sabe que no queda otra y hay que revisar cada operación. Entre el darse cuenta y cambiar hay un puente que muchas veces no se cruza… En la vida, revisar aunque a veces sea doloroso, va a servir para aprender que es lo que ya no tenemos que hacer, algo que es válido tanto para lo personal, la hipótesis de un experimento científico, un negocio tradicional o la validación de la idea de una Startup. Pero la mirada que me pareció completa y exacta que le dio Fernandez y que también había oído del actor Jim Carrey en un discurso para egresados que circula en las redes, es analizar desde donde tomamos cada decisión, desde el amor o desde el miedo, es decir, cualesquiera sean las opciones preguntarnos si lo que estamos eligiendo es lo que de verdad queremos o si estamos optando por la opción que parece ofrecernos seguridad. En ocasiones cuando le he preguntado a alguien la razón de su elección sobre algo de lo que veníamos hablando, la lectura de afuera se hace evidente, cuando una persona escoge desde el amor hay como un suspiro de alivio después de contarlo, está el miedo a la incertidumbre pero en las palabras que dice, que son las que se dice así misma, hay confianza, hay fe en la vida y más allá de los resultados sabe que está en buenos términos con su corazón. Cuando una persona elige desde el miedo el discurso cambia, no existe la decisión sin las excusas que se contó para tomarla, aun cuando intente convencerme de lo contrario, en la lectura de sus movimientos corporales y su expresión no hay alivio, no hay relax, no hay felicidad, quizá un conformismo proyectado a futuro que termina con un “y más adelante veré” o es lo que hay…
Relaciones y trabajo suelen ser los dos temas que hacen que uno se plantee detenidamente las decisiones, más que como algo consciente como un disco rayado, porque ambos aspectos, los afectos y el dinero ponen en jaque la seguridad e incluso cuando uno decide postergar y no tomar ninguna decisión, también está eligiendo dejar que las cosas sigan igual. Por eso aunque la mayoría le tema a las crisis, estas son las mejores oportunidades para obligarnos a tomar acción y poner las cosas en su lugar. Una forma de no desaprovechar oportunidades es analizar las creencias sobre las cuales construiste tu idea de seguridad, porque la mayoría son falsas y una vez visto esto, te das cuenta que las posibilidades de éxito y de fracaso son las mismas en cualquier decisión pero sólo una de ellas es la que puede hacerte feliz. Cualquier persona que sea capaz de prestarle atención a las reacciones de su cuerpo y a las emociones que siente frente a cada situación conoce la respuesta que necesita para ese momento.
“Sólo el escritor sabe para quien escribe, mientras el lector lee a quien más extraña.” Cita un tal Alberto Fuentes Y no sé en qué se habrá inspirado Benedetti cuando dijo “Cuándo creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas" pero lo que a mí me trae, de un tiempo ya largo a esta parte es la necesidad a la hora de hacer algo, de descartar tanto las expectativas, como las garantías y centrarme solo en lo que sé que quiero hacer. La vida y yo nos desafiamos mutuamente muchas veces, ella siempre gana y yo siempre aprendo y después de varios golpes aprendí que certeza y futuro son incompatibles, que para poder planificar a largo plazo, más importante que tener respuestas o garantías es hacerse las preguntas correctas. Pero la afirmación “el futuro solo admite preguntas” no me pertenece, Fernando Dolabela, un experto brasileño creador y coordinador de programas pedagógicos de emprendedorismo en varias ciudades de Brasil, lo manifestó en una conferencia refiriéndose al tipo de educación que recibimos de pequeños donde aprendemos que un buen maestro y buen alumno deben tener todas las respuestas cuando en realidad la respuesta para cada niño es única y el maestro es quien debe saber cómo ayudarlo a explorar y encontrar la suya. Hay mucha gente consciente imaginándose un mundo donde cada niño no sea condicionado por el entorno y pueda Ser y desarrollar el potencial que lleva adentro. El resultado de esos niños, en pocas generaciones, sería un mundo totalmente distinto. Desde la escuela aprendes que equivocarte está mal, ni hablar los chicos que son presionados y castigados en casa porque no rinden como los padres esperan. La concepción de error y de fracaso está condenada, genera pánico, auto - boicot para no arriesgarse y el único fracaso que hace evidente la sociedad es el de no aprender del error. Si tuviera la última carta. Yo me la juego a la educación.
"Te advierto, quien quiera que fueras, Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo, aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿Cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el tesoro, de los tesoros. Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses"
El enigma del oráculo de Delfos. Nosce te ipsum. (Inscrito en el templo de Apolo en Delfos)
Capítulo IX: Educación emocional
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